Cangas de Onís

Vistas de Cangas de Onís.

Temprano, después del desayuno en Tordesillas, partimos en dirección Asturias con la idea de llegar a Cangas de Onís, donde teníamos en mente buscar alojamiento.

Marijose e Isabel en La Robla.

Antes hicimos una parada en pequeña ciudad industrial de La Robla, aún en la comunidad de León, para descansar y estirar un poco las piernas.

Debido al calor que sufrimos en esa mañana, casi mediodía, dejamos que Isabel, que ya caminaba y corría, se entretuviese y jugase un poco con el agua de la fuente pública del centro de la ciudad, momento que aprovechamos sus padres para tomar un refrigerio y un tentempié para luego intentar alcanzar Cangas de Onís de un tirón, cosa que conseguimos e Isabel lo agradeció como se puede apreciar en las fotografías.

Dos horas después llegamos a nuestro primer destino en Asturias, Cangas de Onís, una de las puertas de acceso mejor ubicada a Los Picos de Europa y a los cercanos Lagos de Covadonga.

La gran oferta hotelera de esta pequeña villa turística nos permitió encontrar fácilmente un sensacional alojamiento a un buen precio, por lo que decidimos despreocuparnos y establecernos aquí definitivamente como campo base del que partir a diario para explorar Asturias.

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.

Tenemos que confesar que quedamos más que satisfechos con la decisión. Por las mañanas encontramos muchos sitios donde desayunar bien, Isabel se aficionó a la tortilla española y a robársela al padre de su desayuno, y con el coche de alquiler alcanzamos todos los puntos que nos interesaron cómodamente.

Además de un buen parque en pleno centro para que Isabel jugase un rato cada tarde y se cansara un poco para intentar dormirla a una hora razonable, cosa que en este viaje ya empezó a costarnos, como es normal, algo más de la cuenta, Cangas de Onís también cuenta con varios puntos de interés para pasearla tranquilamente e ir descubriéndolos a la vuelta de las excursiones diarias.

Ermita de Santa Cruz.

Por nombrar algunos de ellos, La Pequeña Ermita de Santa Cruz que la visitábamos todas las tardes a pie de camino a nuestro hotel, o la Iglesia de nuestra Señora de la Asunción, con una elegante fachada frontal en la que destaca su vistoso campanario de tres plantas.

El Puente sobre el Sella de Cangas de Onís. 

Pero el emblema de Cangas de Onís, es sin duda el puente que cruza sobre el río Sella. Como curiosidades, comentar que aunque es conocido como el Puente Romano, es de construcción medieval, aunque hay indicios de que bien sí podría ser una reconstrucción de un antiguo puente romano, y que a Cangas de Onís, en realidad sólo le pertenece la mitad, ya que la otra pertenece al consejo de Parres,cuyo límite es precisamente el del río Sella.

A ambas orillas del puente, a su vera, hay varios restaurantes perfectos para degustar alguna de las especialidades gastronómicas locales acompañadas de una sidra típica asturiana.