lunes, 19 de enero de 2015

Cuenca


En lo más alto de un cerro rocoso bordeado por las hoces que dibujan al norte el río Júcar y al sur las de su afluente el Huécar, se haya el casco antiguo de la ciudad de Cuenca, declarada como Patrimonio de la Humanidad.

Sin duda, el emblema conquense que ha hecho mundialmente conocida a la ciudad, son sus Casas Colgadas, que no confundir con colgantes.

Antiguamente casi todas las casas del lado de la hoz del Huécar eran colgadas, hoy en día se han restaurado las tres que quedan. El mejor lugar para contemplarlas es desde el mirador del Parador de turismo o entrando al casco desde el puente de hierro de San Pablo.

Una vez en el empinado casco histórico, duro de callejear durante los calurosos días de verano, el monumento más destacado y llamativo es la Catedral de Santa María y San Julián.

Justo al lado de la Catedral, se encuentra el Ayuntamiento, que precede a la plaza mayor, cuya singularidad se debe a que esta levantado sobre tres arcos de medio punto por los que cruzan vehículos.

Desde el Ayuntamiento hay varias calles que conducen al otro lado de la ciudad, esto es, al lado que da a la hoz del Júcar, donde entre otras cosas interesantes como la plaza de la Merced o la Torre de Mangana, hay varios miradores desde los contemplar esta parte del valle.

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