Culla vista desde la Ermita de San Roque. |
Justo antes de llegar a Culla, en una curva nos recibe la Ermita de San Roque, desde donde obtenemos la primera vista panorámica al elevado promontorio donde se yergue la silueta de esta villa ganadera.
Debido a esto, los inviernos son bastante fríos y suele dejarse ver la nieve, pero dada su proximidad a la costa, los veranos suelen ser algo más suaves que en el interior, con mucho calor por el día, pero refresca a la tarde. Nosotros damos fe de ello. al llegar pasamos mucho calor, pero a medida que empezaba a caer la tarde pasamos hasta un poco de frío.
Aunque no lo parezca, se puede subir con el coche hasta la parte alta de esta bonita villa y aparcarlo allí en donde emprender un agradable paseo por las estrechas callejuelas del casco.
Las calles y callejuelas de Culla, brindan un recorrido lleno de históricos edificios rehabilitados, situados entre cuestas, recodos y de escaleras que suben y bajan atravesando portales con arcos que trasladan a distintos niveles en donde construyeron pequeñas plazas y plazoletas a modo de miradores.
Observamos que la mayoría de la población, por lo menos con la que nos tropezamos, eran personas mayores, que se sentaban a conversar tranquilamente en los pequeños espacios que hay diseminados por todo el centro para ello.
La iglesia del Salvador de Culla es el monumento religioso más importante con el que nos tropezaremos paseando el casco. Es bien visible y está catalogada como Bien de Interés Cultural .
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