viernes, 13 de mayo de 2016

Zamora


En nuestra vuelta del viaje de Asturias, camino de Madrid, hicimos una parada en un pueblito llamado Villalpando donde decidimos hacer una noche.
Cigüeñas en la campiña de la N-122

Paseando el pequeño pueblo, nos dimos cuenta de que estábamos a menos de una hora de camino por la carretera N-122 del centro de Zamora y decidimos sobre la marcha ir a visitarla.

Ya la carretera fue un descubrimiento, pues los paisajes y colores ocres de la campiña, salpicado por los caserones de piedra, algunos abandonados y algo derruidos, otros no, algunos campanarios y muros de los que se habían adueñado las cigüeñas para construir sus enormes nidos, y los sonidos de las miles de aves que campaban a sus anchas debido a la poca presencia humana, nos evocaron una sensación de paz inolvidable.

De Zamora teníamos referencias por algunos amigos que tenemos y hemos de decirles que realmente no nos la esperábamos. Para nosotros fue uno de los lugares que te sorprenden cuando estas de viaje por eso precisamente, por inesperados.

Situada al borde del río Duero, el casco antiguo de Zamora está calificado como conjunto histórico-artístico desde 1973, y se construyó estratégicamente sobre una meseta rocosa circundándola casi en su totalidad por unas murallas, lo que en la antigüedad le valió el sobre nombre de "la bien cercada".

El gran número que alberga de edificios románicos y de iglesias, colocan a Zamora como la de mayor número en templos de esa época en toda Europa.


La Catedral de Zamora, dedicada a San Salvador, es la más pequeña y antigua de toda la comunidad de Castilla y León, pero su bella y llamativa cúpula está considerada como el elemento más bello y llamativo del templo y es considerada como uno de los símbolos emblemáticos de la ciudad.

Además de la Catedral, Zamora posee un castillo rodeado por un foso, unas murallas defensivas, un puente de piedra, que fue parte de la histórica calzada romana, dos palacios y nueve casonas como conjunto de edificios de la época románica, por lo que es denominada la ciudad del románico.

Además cuenta con un gran número de edificios de la época modernista, cosa única, junto con Teruel, en la llamada España interior.

Hay tanto que ver y la ciudad de Zamora nos resultó tan animada y con tan buen ambiente, donde los bares de tapas y terrazas juegan un papel importante, que nos entretuvimos más de lo que queríamos, así que la pobre Isabel, aunque nunca quiere dormirse cuando esta de viaje, cayó rendida en su cochecito.

Nosotros, cuando nos percatamos de su situación, volvimos rápidamente al coche para tomar la carretera de retorno al hotelito, y nos sentimos un poquito "malos padres" por ser tan, como dice la expresión de nuestra tierra, "noveleros".

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