jueves, 12 de mayo de 2016

Tazones

Playa del puerto de Tazones.

Perteneciente al consejo de Villaviciosa, en la desembocadura de su ría, se encuentra el puerto de Tazones, otro de esos bonitos pueblos marineros con encanto de la Costa Verde asturiana.
Vista de la entrada a Tazones y a sus restaurantes desde la playa.

A nosotros nos lo recomendaron desde alguna oficina de turismo como lugar idóneo para almorzar o merendar y como nos pilló de paso bajamos a visitarlo.

Este antiguo puerto ballenero de cierta envergadura, tiene su lugar en la historia, pues dicen que este fue el lugar por donde desembarcó en 1517 el rey Carlos I de España y V de Alemania cuando llegó desde Flandes por primera vez a España.

Actualmente su fama se la dan sus pocos restaurantes, especializados en mariscos y productos del mar. Pero aviso, debido al género fresco que manejan no son nada baratos.

El pequeño puerto de Tazones, con sus estrechas y empedradas calles, su lonja de pescado y sus sencillas casas marineras, ofrecen al visitante un lugar tranquilo y relajado donde dar un pequeño paseo. Y a pesar de no contar con nada fuera de lo común, anclado en el tiempo como parece estar, es uno de los mejores ejemplos de como fueron los pueblos de antaño de esta increíble costa bañada por el Mar Cantábrico.

Una de las pocas curiosidades del pueblo, es una casa particular cuyo dueño decoró su fachada forrándola con conchas marinas, proceso en el que, por lo que cuentan los lugareños, empleó más de 20 años.

Esta visita para Isabel, aún con apenas veinte meses de edad, sin duda fue un regalo, y para sus padres que la observaban atentamente mientras daba sus primeros correteos por la pequeña playa experimentando nuevas sensaciones y disfrutando al tocar la arena, las piedrecillas, el agua, etc, sentados frente al restaurante en el que se sentaron a tomar un tentempié, más aún.

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